El Internet de las Cosas está cada vez más presente en nuestro día a día. Cada vez son más las industrias que ven mucho valor y potencial en la obtención de datos y en tomar decisiones basadas en ellos. Básicamente, convertirse en una compañía basada en datos es el principal desafío que existe actualmente y por ello es cada vez más necesaria una formación activa en el campo. Pero por si fuera poco, el impacto del Internet de las Cosas ya se vive en el sector más competitivo de todos: el deporte.
La Fórmula 1: el ejemplo más avanzado de IoT deportivo
Por ejemplo, en la F1, uno de los deportes más competitivos, se incorpora el IoT (Internet Of Things) de manera casi abusiva. El auto promedio de F1 tiene alrededor de 200 sensores inteligentes monitoreando en tiempo real los sistemas y subsistemas, obteniendo insights relevantes que varían según el entorno, donde miden el rendimiento del coche, en base a la pista, el clima y hasta el estado de las ruedas, todo en tiempo real para dar una respuesta en ese mismo periodo de tiempo. Todo esto gracias a datos que entregan información procesada como insights accionables que proporcionan gran eficiencia operativa.
IoT para el espectáculo y la ventaja competitiva
Este es un gran ejemplo del impacto del Internet de las Cosas. Ayuda a los equipos a conseguir ventajas competitivas optimizando cada vez más el auto, y no solo ayuda a los equipos, ayuda al espectáculo. Ya que los fans tienen más información y pueden tener un seguimiento más detallado de la carrera.
En el mundo de la F1, los objetivos son muy claros: ganar una ventaja competitiva frente a los otros coches respondiendo a las variables específicas de cada carrera. Este mismo principio se aplica a cualquier sector que quiera diferenciarse de la competencia y obtener una ventaja. Tener un objetivo claro en la implementación de estos medidores inteligentes es un elemento clave, el cual en muchas industrias aún no está bien definido.
Transformación digital basada en datos
De hecho, el objetivo de negocios es el punto de partida para empezar a optimizar el rendimiento, y eso significa que se va aprendiendo sistemáticamente. Mientras más conocimiento tienes, más puedes mejorar. “Conocimiento es poder”. Esto es porque el IoT, más allá de ser soluciones de seguridad o un producto que se puede comprar y hacer una especie de “Plug & Play”, es un marco de referencia para transformar un negocio a través de los datos generados.
Los procesos impulsados por el internet de las cosas permiten a las compañías generar y utilizar datos recopilados que aumentarán su rendimiento e incluso permitirles empezar a predecir el futuro con Inteligencia Artificial y análisis predictivo de procesos, comportamientos y sistemas operativos, e identificar componentes individuales importantes.
Más allá del deporte: ciudades inteligentes y impacto del Internet de las Cosas
Por ejemplo, Dubái ha implementado una estrategia de IoT para ser una de las ciudades inteligentes de vanguardia, con el objetivo de convertirse en el primer gobierno que elimina el papel en un 100%. Las ciudades inteligentes tienen como objetivos que el IoT conecte dispositivos con personas, y que el análisis de datos genere información para optimizar cada ciudad de manera individual o para tener un panorama completo acerca del equipo de servicios y sistemas que conviven en ella.
El Internet de las Cosas es el ecosistema que posibilita el tránsito de información y, con el análisis, responder a las preguntas que se plantean. Más allá del análisis de datos, conceptos como Machine Learning e Inteligencia Artificial llevan los mismos datos a insights aún más profundos y con mayor valor para las organizaciones.
IoT: una revolución silenciosa pero imparable
El impacto del Internet de las Cosas (IoT) ya no es una tendencia futura, es una herramienta fundamental en el presente del deporte. El impacto del Internet de las Cosas no solo se percibe en la élite, como en la Fórmula 1 , sino que se ha expandido hacia la vida cotidiana de cualquier persona que practica actividad física, profesional o amateur. Y todo esto, gracias a los millones de dispositivos que ya forman parte de nuestra forma de entrenar, competir y disfrutar del deporte.
Dispositivos conectados: la clave del rendimiento
En los deportes modernos, los dispositivos conectados son los nuevos entrenadores silenciosos. Desde sensores en camisetas hasta chips en balones o raquetas, el objetivo es claro: medirlo todo. Estos datos permiten ajustar rutinas de entrenamiento, prevenir lesiones y detectar patrones de mejora en el ciclo de vida del deportista. Se trata de una amplia gama de dispositivos que, interconectados, crean un ecosistema digital de alto valor estratégico.
Un jugador de fútbol, por ejemplo, puede llevar varios sensores simultáneamente: uno para la carga muscular, otro para el ritmo cardíaco y uno más para el control de aceleración y desaceleración. Todo esto se traduce en datos enviados a tiempo real a los centros de datos, donde el equipo técnico puede tomar decisiones inmediatas.
Dispositivos inteligentes y ejemplos reales
En ciclismo profesional, los dispositivos capaces de medir la potencia y frecuencia del pedaleo y el viento a favor o en en contra ya no son novedad, son esenciales. Estos sensores se colocan tanto en la bicicleta como en el cuerpo del deportista, permitiendo medir variables precisas que alimentan estrategias personalizadas. Un ejemplo de dispositivo clave en este deporte es el medidor de potencia de biela, que ha revolucionado la forma en que se mide el rendimiento.
Otro ejemplo destacado son los pulseras y relojes inteligentes, que miden la frecuencia cardíaca y que integran con aplicaciones móviles, asistentes virtuales e incluso con el entrenador, gracias a plataformas en la nube y procesamiento de datos en tiempo real.
El cuerpo como sistema: mantenimiento predictivo y salud
El concepto de mantenimiento predictivo, tan común en fábricas y máquinas industriales, se ha trasladado directamente al cuerpo humano. El IoT permite anticiparse a lesiones, controlar el sobreentrenamiento y mantener al deportista en su nivel óptimo, reduciendo el riesgo de fatiga o roturas musculares. Esto se consigue gracias a una constante monitorización de datos que luego se contrastan con bases de datos históricas y patrones previamente identificados.
Hogares inteligentes y entrenamiento desde casa
El deporte ha llegado también al hogar. Con el auge de los hogares inteligentes, entrenar en casa ya no significa hacer una tabla improvisada en el salón. Ahora existen bicicletas inteligentes, espejos interactivos con entrenadores o un asistente virtual, cintas con sensores avanzados y termóstatos inteligentes que ajustan la temperatura ideal para entrenar. Todo esto conectado con el smartphone y sistemas de control centralizados.
Gracias a estos sistemas, los entrenamientos indoor son tan efectivos como los outdoor, y todo queda registrado en plataformas que analizan el volumen de datos y proponen ajustes automáticos.
Asistentes de voz y personalización total
La experiencia del deportista ya no es pasiva. Gracias a los asistentes de voz, se puede interactuar con el entorno mientras se entrena: cambiar una playlist, preguntar cómo fue la última sesión o pedir recomendaciones de recuperación. Estos asistentes también están presentes en estadios y gimnasios inteligentes, donde permiten solicitar ayuda, comida, o activar rutinas de entrenamiento sin contacto manual.
En paralelo, las plataformas personalizadas utilizan todos estos datos recogidos para recomendar ajustes según el progreso individual. Se trata de una integración total entre dispositivos habilitados, datos y necesidades concretas del usuario.
Estadios conectados
Los sistemas de seguridad y control en los estadios deportivos también se han transformado. Cámaras con inteligencia artificial, sensores en las entradas, cerraduras inteligentes en accesos restringidos y control automatizado de climatización son parte de los sistemas de control que hacen más eficientes y seguros los eventos deportivos.
Y si lo llevamos a gran escala, las ciudades inteligentes como Tokio o Dubái aplican el IoT para coordinar toda la logística de un evento deportivo: movilidad, control de aglomeraciones, optimización del consumo energético e integración de servicios. Todo eso gracias a una cadena de suministro digital, conectada y en tiempo real.
El IoT también es espectáculo
Pero el IoT no solo transforma a los deportistas. También transforma al espectador. Las retransmisiones deportivas ahora integran datos en vivo: velocidades, calorías, mapas de calor, niveles de esfuerzo… todo procesado al instante y mostrado de forma visual. Esto enriquece el espectáculo y genera una experiencia inmersiva, ya sea desde casa o en el estadio.
Además, tecnologías como la realidad aumentada o los altavoces inteligentes están comenzando a superponer información directamente en los dispositivos del espectador, ofreciendo una nueva manera de vivir el deporte.
Futuro: ¿y ahora qué?
El camino apenas comienza. El impacto del Internet de las Cosas todavía tiene mucho recorrido. Con la llegada de la Inteligencia Artificial, el machine learning y las redes 5G, el potencial del IoT en el deporte se multiplicará. Imagina un escenario donde se puedan simular partidos completos antes de que ocurran, o donde se puedan predecir lesiones con semanas de antelación gracias a modelos complejos basados en el procesamiento de datos.
La integración con plataformas en la nube permitirá escalar el acceso a esta tecnología para deportistas profesionales pero también para entrenadores, academias, clubes de barrio y cualquier aficionado que quiera mejorar su rendimiento con una mirada más técnica.
El Internet de las Cosas (IoT) ha transformado la manera en que las empresas gestionan y utilizan la base de datos para tomar decisiones de negocio. En industrias como el comercio minorista, el intercambio de datos en tiempo real entre dispositivos conectados permite una gestión más eficiente de inventarios, una experiencia personalizada para los consumidores y una optimización continua de procesos. Por ejemplo, el uso de dispositivos de baja potencia en puntos de venta permite monitorear el comportamiento de los clientes de manera discreta, reduciendo el consumo de energía y extendiendo la vida útil de los sensores.
Con la integración de estas tecnologías, las empresas pueden acceder a bases de datos masivas que alimentan análisis predictivos, mejorando la precisión de las decisiones comerciales. Al aprovechar esta información, las marcas pueden identificar tendencias emergentes y ajustar su estrategia en tiempo real, mejorando la competitividad y la satisfacción del cliente. En este contexto, las redes sociales también juegan un papel fundamental, ya que proporcionan datos valiosos sobre el comportamiento y las preferencias de los consumidores, que pueden ser integrados con los sistemas de IoT para obtener una visión más completa del mercado.
Sin embargo, la clave está en saber manejar esta enorme cantidad de datos de forma eficiente, seleccionando solo la información relevante para los objetivos empresariales. El verdadero reto es que, aunque las empresas recopilan enormes volúmenes de datos, muchas veces solo una fracción de ellos se utiliza para generar valor real en las decisiones de negocio